Debemos comportarnos para con el mundo tal como quisiéramos que el mundo se comportara para con nosotros.
Si encuentras a alguien, ten en mente que este encuentro es santo. Cómo ves la persona encontrada, así verás a ti mismo. Cómo la tratas a aquella persona, así tratarás a ti mismo. Nunca te olvides de eso, porque en aquella persona, encontrarás o perderás a ti mismo.
Y lo más importante, que seas siempre fiel a ti mismo y – lo que sigue a ello como la noche sigue al día – que no mientes a los otros.