El mundo que hemos creado es producto de nuestros pensamientos; por tanto no lo podemos cambiar sin cambiar primero nuestros pensamientos.
Por muy difícil que haya sido el pasado que uno ha dejado detrás de sí, siempre se puede empezar de nuevo el día de hoy.
Si te preocupas por una cosa, tu sufrimiento no resulta de aquella cosa en sí, sino es el efecto de la manera en que la estás juzgando. Y aquella manera puedes cambiar en cualquier momento.